Todavía

Una vez mis abuelos me contaron una historia que ocurrió en el pueblo en el que ellos y mi padre crecieron, de aquellos lugares bonitos y pintorescos que hoy casi ya no existen más que en pinturas o cuentos. En una ocasión, papá salio al prado en busca de leña para el fuego de la chimenea, cuando regresó les dijo que mientras buscaba en la maleza se encontró con un “Gato Gigante” que estaba recostado sobre las ramas de los árboles y que lo miraba sin hacer un solo movimiento o un parpadeo hasta que él pudo alejarse de ese lugar. Mi padre era muy joven para entender que el gato gigante que había visto en esa ocasión se trataba ni más ni menos que de un Jaguar (hoy mi hijo haría lo que fuera por siquiera ver en la televisión un animal como ese).

Historias como esta me han contado muchísimas que difícilmente podríamos creer, lugares mágicos, días como aquellos que se han quedado como todo en esta vida, en el pasado, como simples recuerdos y que ojala todos pudiéramos tener en nuestros pensamientos, y digo que ojala todos porque muy pocos tienen esa dicha, nuestros padres y nuestros abuelos seguramente los guardan en su corazón y a lo mejor alguno que otro de mi generación, pero lo mas grave y lo mas triste es que nuestros hijos jamás los tendrán.

Desde que era muy chico oía decir a la gente;” estamos pasando por una mala situación”, como, vuelvo a repetir, estas palabras las he escuchado toda mi vida en todos los aspectos pero ahora sé, que la verdadera situación crítica la estamos pasando en este momento, todos estamos conscientes de lo que esta ocurriendo en el mundo, la contaminación del ambiente, el cambio climático, el sobre calentamiento, la excesiva deforestación la extinción de cientos de animales, el descongelamiento de los polos, los que creíamos hielos eternos,,,, nada es eterno y menos en las manos del hombre. Me ha tocado ver ríos secos, animales salvajes en cestos de basura, calor en época de frío y flores secas en primavera, huracanes mas fuertes, lluvias y sequías interminables, mas niños muriendo de hambre alrededor del planeta,,,, todo ha cambiado, todo lo cambiamos, el mundo agoniza, lo sabemos, y tú, aunque quieras ser indiferente a todo esto, lo sabes, muy dentro de ti sabes que estamos dejando morir a nuestro mundo.

Yo nunca dejaré morir a alguien en mis manos, y tu tampoco lo harías porque también sé que está en cada uno de nosotros ese maravilloso instinto de salvar la vida de alguien a como de lugar no importando el precio que podamos pagar, podemos salvar a nuestro mundo, nos necesita y lo necesitamos, es nuestro hogar, démosle a nuestros hijos algo que no solo puedan recordar sino también vivir, ven conmigo y plantemos dos árboles, ayudemos al desamparado con un poco de comida y agua, cuidemos mejor el agua en casa, comamos lo que Dios nos haya obsequiado en el día y demos gracias por ello, dejemos libres y en paz a los animales que necesitan de la alegría de la naturaleza para poder vivir, pongamos la basura en su lugar, escuchemos a nuestros hermanos y que ellos nos puedan escuchar, no usemos el auto un fin de semana y caminemos junto a nuestros hijos, sobrinos, nietos, amigos para contarles esta historia, de como tú ayudas todos los días a salvar la vida de todos en este mundo y como también el puede ser todos los días un héroe, piénsalo, está en ti, todavía podemos, dediquémonos de ahora en adelante a salvar a nuestros hijos , nuestro futuro y a nuestro maravilloso mundo. F. N. L

Nota: El texto anterior es copia fiel y exacta del original, no es modificado por respeto al autor.